Te amo tanto Amada mía. Estas manos que hoy te escriben lo que ayer te repetía, acarician el recuerdo de tocar tu piel tan fría. Tus recuerdos iluminan la penumbra de mis días y mis lágrimas derraman besos que me socorrían en las noches en que el cuerpo con el alma se fundían para hacerse uno solo en la palma de la vida. Tus ojitos marroncitos me miraban y reías y tu boca inquisidora bella como Andalucía, preguntaba como niña qué pasaba, qué tenía, y mi voz tan gruesa y hosca como siempre repetía: "Te amo tanto reina bella, te amo tanto Amada mía" No me quito tu recuerdo pues dejaste en mi semillas que hoy florecen en el pecho donde solo ayer dormías recogiendo de mi alma lo mejor que yo tenía para irte una mañana en que yo volver quería. Te amo tanto reina bella, te amo tanto Amada mía. Tus caricias, tus cabellos, tu caderas fueron mías, mi lamento, mi congoja, mi serena despedida, acurrucan hoy mis sueños pues no veo ya mis días, sin el goce de tus dedos y tus manos que eran mías y es por eso que hoy voy lejos donde no sepa qué día volveré a mirar tus ojos, tu boquita, Amada mía.
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